Ya ha acabado el puente. Con Rafa hemos pasado el fin de semana en casa, viendo películas y disfrutando de la tranquilidad del hogar. He echado mucho de menos a los chicos, pero sé que ellos han estado bien. Creo que es bueno que tengan independencia y que creen sus propios espacios.
El sábado la he pasado mal. He visto las imágenes del chico de Nebraska que asesinó a esas ocho personas. No sé si sea bueno que la prensa difunda esas imágenes de él con el fusil en la mano. A mí, por lo menos, no me ha gustado nada verlas.
Tenía 19 años, y no puedo dejar de pensar en qué mi hijo mayor tiene 17. Aún estas cosas no suceden en España, gracias a Dios, pero quién sabe. El chico, Robert Hawkins, decía que quería ser famoso, que por eso hizo lo que hizo. ¿Y qué más común en nuestro país que todos esos jóvenes ansiosos por la fama, por salir en televisión y que se les conozca?
Rezo por él. Y sobre todo rezo por las madres de esas ocho víctimas inocentes.
lunes, 10 de diciembre de 2007
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5 comentarios:
Patricia, qué bien que te has hecho este blog. Ya era hora. Te felicito. Me encanta. Volveré. Besos.
Lo de Nebraska es uno más de la lista de tantos crímenes horribles que vemos todos los días. ¿Cómo parar esta ola de violencia?
Berta, muchas gracias. Yo estoy muy contenta con esta idea de escribir aquí. (Fue idea de Juan, por cierto)
Sr. Primo, no sé exactamente cómo parar la ola de violencia. Pero si sé que si los jóvenes ven violencia a su alrededor, en todos lados, en la televisión, en las calles, en los cines, en las canciones que escuchan, en los videojuegos, pues es muy probable que imiten esa violencia.
la televisión está llena de viomencia. a mí me da una pena...
feliz que hayan encerrado al doctor de esa clínica de la muerte!
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