viernes, 14 de diciembre de 2007

Navidad compartida, iluminada y hecha a mano

Ésta es una de las épocas que más me gusta de todo el año. Lo reconozco sin ningún pudor. Ahora está muy de moda decir que la Navidad es un petardo, que lo mejor es pasar de la Navidad, que es una tradición obsoleta, que se ha reducido a un ritual del consumismo . Y yo me niego en redondo. Recupero la Navidad en su mejor sentido. Como una celebración de unión, de paz, de amor. Como uno de los pocos momentos en esta ajetreada vida que llevamos en que toda la familia se reúne para compartir y celebrar. Un espacio de comunión, de epifanía. Días para reflexionar. Y para agradecer.
Para mí la Navidad no significa comprar y comer (aunque haga las dos cosas, intentando que sea con moderación), sino, sobre todo, compartir. Y me siento muy contenta de este año haber abierto otro rincón para hacerlo, aquí en este blog. No veo las caras de las personas con las que charlo, pero ya las siento cómplices y cercanas. Así que muchas gracias a todos.
En estos días me encanta salir a caminar por Madrid, oler las castañas asadas, disfrutar del aroma a abeto, y sobre todo ver cómo se van encendiendo las luces navideñas aquí y allá.
En el blog Adéntrate en el camino de baldosas amarillas (que acabo de descubrir y que recomiendo mucho) se cuenta cómo en algunos Ayuntamientos han decidido reducir o no instalar el alumbrado navideño (pese a disponer de presupuestos para ello). Todo con la excusa del cambio climático. (Sin embargo, en otro blog -EsporMadrid- se aclaraba que las luces de Madrid están adecuadas para consumir la menor energía posible).
¡Qué tristeza! ¡Qué pena para los habitantes de esas ciudades!

Quiero compartir con vosotros una idea. Sobre todo con aquellos que estáis estresados con los regalos navideños. En mi familia somos muchos así que entre los mayores, desde hace cuatro años, instauramos una norma: los regalos deben ser hechos a mano. Cada quien debe confeccionar el regalo que entregue. No vale comprarlo. Tenéis que ver lo hermoso (y lo divertido) que es abrirlos. Por allí desfilan mermeladas caseras, dibujos, bufandas tejidas a mano, tartas, camisetas bordadas, álbumes de fotos, cuentos o poemas escritos especialmente para el destinatario, muebles de la carpintería más básica... Es un espectáculo increíble. Y cada año nos esforzamos más y más.
¡Buenas noches!


3 comentarios:

Chess dijo...

Hola Patricia, muchas muchas gracias por enlazarme. La verdad, al leer tu perfil, me he quedado sorprendida de lo de los tres niños, muy valiente has tenido que ser.

La Navidad es triste para aquellas personas que tienen sillas vacías alrededor de sus mesas.

Cuando las familias se deshacen, se destrozan, o simplemente una enfermedad las ha mermado. Ahí me imagino que muchos querrán arrancar la página del calendario para que el día no existiera.

Porque ese día, tu felicidad se maximiza y la tristeza también. Todos somos conscientes de nuestras debilidades y virtudes el día de Nochebuena.

Un saludo!!

Unknown dijo...

Feliz, alegre y luminosa Navidad, Patricia. ¡Que la disfrutes!

Un saludo madrileño

Patricia Ruíz de Velasco dijo...

Chesk, tienes toda la razón. He pecado de no pensar en aquellos a los que la Navidad entristece por una y mil razones. Felicidades por tu blog.
Aalto, te envío también felices fiestas.