domingo, 30 de diciembre de 2007

Asépticos

"Yo mato sin manchar. Y si mancho limpio, porque soy una persona pulcra. Yo mato muy bien. Otras cosas no las controlo mucho, pero lo que es matar... Me siento honroso (sic) de estar en este proyecto porque alguien tan sumamente pringado como yo, estúpido, débil y freak, ha logrado llegar hasta aquí gracias a su capacidad de asesinar".



Este breve discurso estupidizante (además de inculto: pues confunde 'me siento honroso' con 'me siento honrado') ejemplifica todas las razones que he argumentado en estos días contra de No digas nada: el peligro de dehumanizar el acto de matar, el peligro de convertir el asesinato en un acto aséptico, el tremendo peligro de que los adolescentes, viendo este tipo de filmes, pierdan escrúpulos morales a la hora de percibir lo que es quitarle la vida a otro ser humano.

Algunos se sorprenden de mi batalla contra esta película. El problema no es esa película en particular, ella sólo es la punta del iceberg. Es sólo un síntoma de todo lo que está mal en el mundo. Y seguramente la haya tomado ejemplo por dos cosas: me revuelve el estómago que se haya estyrenado justamente en Navidad, y me horroriza que sea una película española. ¿Cómo es posible que en nuestro país se hagan cintas como ésa?


En fin. Ya la película está estrenada y algunos visitantes del blog me recomiendan ir a verla. No pienso hacerlo. Eso sería ir completamente en contra de mis principios.

sábado, 29 de diciembre de 2007

La calle me da la razón

Es curioso cómo suceden las cosas. La gente que promociona la película "No digas nada, hace un video encuestando a gente de a pie por las calles de Madrid, preguntando si alguna vez no han tenido ganas de matar a alguien. Y también que qué les parece el argumento de la película:



Y, como he estado diciendo yo en varios de mis artículos, las personas entrevistadas, con meridiana claridad, responden categóricas que un argumento como el de ese filme es peligroso, da malas ideas y, lo más importante: que nadie debe tomarse la justicia por su mano.
Es decir: aún estando frente a las cámaras de un equipo de la película (o de la agencia de promoción o de la distribuidora) no pueden sentir empatía por el filme, no pueden afirmar que algo así de inmoral sea bueno o divertido. O inocente.
Lo que me lleva a pensar que todo lo que he dicho en contra de "No digas nada" es simplemente de sentido común. Y no tiene más vueltas.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Papá Noel asesinado

Como es tan gracioso asesinar, según los artífices de la película No digas nada, ellos han perpetrado otra muerte 'ficticia' (y lo subrayo, para que no se diga que no sé distinguir realidad de ficción). Y esta vez el blanco ha sido Papá Noel. Porque como ellos son tan 'guays', resulta muy chistoso en estas fiestas matar a uno de los iconos de la Navidad.
Tal vez la Navidad para ellos no tenga ninguna importancia, pero para los que celebramos en estas fechas el nacimiento del niño Dios, no es de recibo la burla y la agresión contra nuestros símbolos.
Yo soy más de los Reyes, por tradición familiar y nacional, pero mis hijos también disfrutaron de pequeños con la imagen bondadosa de Papá Noel repartiendo regalos.

Para más INRI, en algunos comentarios de esa página se sugiere que el que Papá Noel siente a los niños en sus piernas puede tener segundas intenciones... hay a quienes les gusta ver fealdad y aberración en todos lados.
Pero en esa misma web he encontrado el blog del propio director, Felipe Jiménez Luna, donde él cuenta los avatares de su filme. Y cuál ha sido mi sorpresa al ver que él le dedica un artículo a este humilde blog. Muchas gracias por tomarme en cuenta, pero creo que no ha entendido NADA de lo que quiero decir al hablar de violencia gratuita y al criticar una película que hace apología de ella. Asegura que yo no sé distinguir entre realidad y ficción. A ver. Yo no creo que los chavales salgan de No digas nada y vayan a comprarse un fusil para acabar con sus vecinos, pero sí me parece peligroso hacerles creer que matar 'mola'.
En todo caso, no he encontrado en sus palabras y en sus artículos ninguna reflexión o explicación del sentido último que tiene el argumento violento de su filme. Me gustaría leer las razones que le llevaron a rodar una película en la que adolescentes matan por matar. ¿Es útil para la sociedad y para la juventud? ¿O es que lo único que importa es ir al cine a reírse de todo y de todos? ¿Y a burlarse de las cosas en que creemos algunos?

Sé bien que mi reflexión ha creado polémica. Sé que muchos no entienden mi postura en contra de la violencia en el cine. Pero, como hizo Dios Nuestro Señor, yo siempre soy capaz de poner la otra mejilla. Y charlar con todos aquellos que difieran de mi opinión.

martes, 25 de diciembre de 2007

Con conocimiento de causa

En vista de los numerosos comentarios y la mucha polémica que se desató en mi artículo del otro día titulado ¿Acaso tiene gracia?, en el que reflexionaba, entre otras cosas, acerca de unos videos que circulan por Internet en los que algunos protagonistas de la película "No digas nada" disfrutaban pegándole a un pobre compañero de clase, hoy he decidido investigar más acerca del filme.
Una persona comentó que yo debería enterarme más acerca de las cosas que critico. Y aunque no estoy de acuerdo con el punto de vista de Tela, que defiende la violencia como algo casi intrínseco al arte (y el arte, para él -o ella, lo siento pero no sé si es chico o chica- es amoral... bien vamos), tiene razón en decir que debo hablar con más conocimiento de casua.
Pues bien. ¿Qué es lo que me he encontrado al buscar en google la película "No digas nada"?
Primero: una página oficial de la película en la que nada más entrar te obligan a disparar para seguir adelante. Vamos, muy educativo para empezar. Luego, aparece una especie de ranking con varias personas nominadas a ser la próxima víctima. Es decir, personas que 'merecerían' ser eliminadas (si eso no es incitar a la violencia...): como el Papa Noel del centro comercial o el tuno de la facultad (que son los más votados). La web promete que el día 26 en la noche, en el programa Sé lo que hicisteis de la Sexta se cumplirán los deseos del público que ha votado. Además de este 'jueguecillo inocente', al ritmo de una música enloquecedora (me vi obligada a bajar todo el volumen de mi ordenador antes de que Rafa viniera a ver qué ocurría), hay otra lista: "He matado a mi profe de mates... He matado a mi vecina... He matado a un tuno...", que como véis, es muy edificante.

Segundo: he encontrado también este video, de una entrevista que hacen a los realizadores en un programa de la televisión catalana:



Y si aguantáis a verlo entero (como he hecho yo, para que no se diga que hablo por hablar), os daréis cuenta de que hasta los propios protagonistas confiesan tener reparos con el argumento. Claro, el realizador de la película (Felipe Jiménez Luna) nos asegura que todo es ficción de principio a fin y que así hay que tomárselo. Con humor. Que su filme es para 'echar unas risas'. Yo le diría a Jiménez Luna que vaya donde las madres de Virginia Tech, que vaya con las madres de Nebraska, a ver si ellas pueden echarse unas risas con su película y sus protagonistas.

lunes, 24 de diciembre de 2007

¡Felices fiestas!

Os deseo una Navidad maravillosa junto a vuestros seres queridos.
Os deseo armonía, amor, felicidad.
¡Y que la paz llegue a todos vosotros!

jueves, 20 de diciembre de 2007

¿Acaso tiene gracia?

Ayer en la tarde mi hijo Rafa, el mayor, estaba con unos compañeros de clase aquí en casa, jugando con el ordenador. No es la primera vez que los veo pegados a la pantalla, muertos de risa, mirando videos en youtube.
Youtube me parece una gran herramienta, pero, como todas las cosas, depende de qué uso se le dé, y de cómo enseñemos a nuestros hijos a convertirla en algo útil.
A veces me da pena ver que cuando se reúnen, en vez de charlar, jugar un partido, idear un proyecto, organizar alguna excursión, simplemente se quedan alrededor del cacharro, apostando quién encuentra el video más gracioso en la red.
Es como si yo invitara a mis amigas a sentarnos aquí en el salón frente a la televisión, a ver, yo qué sé, "El Diario de Patricia" o "Aquí hay tomate". Algo completamente absurdo. Si invito a mis amigas es porque me gusta que nos reunamos a charlar, no a ver la tele.
Es un fenómeno muy extraño y en realidad no sé cómo evaluarlo. Sé que prohibirlo es contraproducente, pero me da mucha pena que la amistad y el tiempo de ocio de mi hijo se limite a estar toda la tarde pegado a una pantalla.

Lo cierto es que, muy en contra de lo que suelo hacer (que es dejar a mi hijo Rafa tranquilo) ayer se me ocurrió comentarle a él y a sus amigos que podrían aprovechar mejor el tiempo, salir a jugar algo, leer, cualquier cosa. Y, como ya sabrán los padres de adolescentes que estén leyendo esto, resultó la peor estrategia. No faltó tiempo para que mi hijo Rafa me mirara desde su silla con profundo desprecio, como diciendo 'Ésta no entiende nada'.
(Suspiro)
En fin, hice tripas corazón y les pedí que me explicaran qué era eso tan gracioso que veían. Aparte de unos videos de un niño (o enano) indio que bailaba hip hop algo por el estilo, lo más descacharrante para ellos era esto:



Supongo que Rafa lo eligió para molestarme, porque sabe que estoy muy en contra del argumento de este film "No digas nada". Y no sé si esto será una secuencia de la película o qué, pero si pegarle collejas a un niño indefenso como el del vídeo es gracioso, qué me expliquen qué está pasando. Yo no le veo la gracia por ningún lado.

martes, 18 de diciembre de 2007

La casa

“Lo principal es limpiar y ordenar tu casa. En los lugares sin orden se estanca la energía. Un armario o desván lleno de cosas viejas que ya no usamos y que seguimos guardando "por si acaso" es un lugar con Qi estancado, aunque nadie lo vea. Para que entren cosas nuevas a tu vida, primero hay dejarles espacio. Todo lo que ya no uses, no te guste o te traiga malos recuerdos, debes dejarlo partir: regalarlo, venderlo, tirarlo. Es importante aligerar la carga. Ordenando la casa te ordenas a ti mismo”.

Este mensaje de Feng Shui me lo ha enviado mi amiga Norah desde Londres y he querido compartirlo con todos vosotros. Yo misma me dispongo hoy a poner en orden mi casa y a regalar a los más necesitados todo aquello que ya no usemos. Pregúntate qué hay en tu casa que no quieras ya y que a otro le pueda servir? Es un buen ejercicio.